A mi juicio el discurso de Joan Melé en la presentación del banco Triodos, representa un gran aporte, una visión fresca, de una nueva perspectiva, un tirón de orejas a todos quienes ciegos llevamos adelante esta enorme máquina directo al abismo. Mi único pero sería sobre la sustentabilidad de esa filosofía de ética y moral que me parece correcta, pero que ha probado no ser sustancial ni completa cuando no es combinada con el interés espiritual. Estamos en una sociedad de la visión, donde todo lo tangible adquiere una dimensión que eclipsa todo lo demás, donde el hombre respeta la ley mientras es visto, pero cuando nadie le mira vive sin ley, porque no la lleva dentro. A mi parecer la ética y la moral pueden llegar al interior del hombre, pero no superan las pruebas más débiles. Se puede llevar a consciencia, trabajar con reflexión y otras formas de conexión con los demás, pero mientras no se llegue a lo trascendente no tiene bases sólidas y al ser puesta a prueba es de fácil falla. Sin embargo, cuando se espiritualizan, cuando se llevan a un nivel más trascendente es cuando el hombre se hace más fuerte y más fiel a la ley. No digo infalible, pero más, mucho más fuerte y consecuente con sus anhelos y principios. Para mí la ley perfecta la aclaró un hombre hace dos mil once años, y tiene dos principios escenciales, de los que se desprende la totalidad de la ley. Lo malo es que muy pocos leen lo que Él dijo sobre la ley, muchos escuchan sobre aquello, pero no la leen y mucho menos la incorporan en sus vidas como pilar fundacional, sino nada más como un mero rompefilas, no vaya a ser cierto eso... Ni en ésta charla, ni en otras partes se compromete el corazón, porque parece ser muy básico hablar de religión y cuando lo haces se pone en cuestión tu persona completa, en especial tu intelecto ya que para el hombre de hoy pensar que fuimos creados y que la vida tiene un sentido más allá que comprar y asegurarnos la diversión y la de nuestros familiares es una cuestión de gente ingenua y de baja capacidad intelectual. Joan Melé sin duda da una charla digna de ser reflexionada, enriquecedora, llena de valores, de empatía y justicia, y aunque al final da un breve guiño sobre el lado espiritual, no quiso comprometer la sustancia material de su discurso y finalmente no queda más que en eso. Yo creo que hay que decirlo y comenzar a trabajar en ello, y a partir de ello. Se llama Cristianismo.
miércoles, 13 de abril de 2011
Dinero y conciencia: ¿A quién sirve mi dinero?
A mi juicio el discurso de Joan Melé en la presentación del banco Triodos, representa un gran aporte, una visión fresca, de una nueva perspectiva, un tirón de orejas a todos quienes ciegos llevamos adelante esta enorme máquina directo al abismo. Mi único pero sería sobre la sustentabilidad de esa filosofía de ética y moral que me parece correcta, pero que ha probado no ser sustancial ni completa cuando no es combinada con el interés espiritual. Estamos en una sociedad de la visión, donde todo lo tangible adquiere una dimensión que eclipsa todo lo demás, donde el hombre respeta la ley mientras es visto, pero cuando nadie le mira vive sin ley, porque no la lleva dentro. A mi parecer la ética y la moral pueden llegar al interior del hombre, pero no superan las pruebas más débiles. Se puede llevar a consciencia, trabajar con reflexión y otras formas de conexión con los demás, pero mientras no se llegue a lo trascendente no tiene bases sólidas y al ser puesta a prueba es de fácil falla. Sin embargo, cuando se espiritualizan, cuando se llevan a un nivel más trascendente es cuando el hombre se hace más fuerte y más fiel a la ley. No digo infalible, pero más, mucho más fuerte y consecuente con sus anhelos y principios. Para mí la ley perfecta la aclaró un hombre hace dos mil once años, y tiene dos principios escenciales, de los que se desprende la totalidad de la ley. Lo malo es que muy pocos leen lo que Él dijo sobre la ley, muchos escuchan sobre aquello, pero no la leen y mucho menos la incorporan en sus vidas como pilar fundacional, sino nada más como un mero rompefilas, no vaya a ser cierto eso... Ni en ésta charla, ni en otras partes se compromete el corazón, porque parece ser muy básico hablar de religión y cuando lo haces se pone en cuestión tu persona completa, en especial tu intelecto ya que para el hombre de hoy pensar que fuimos creados y que la vida tiene un sentido más allá que comprar y asegurarnos la diversión y la de nuestros familiares es una cuestión de gente ingenua y de baja capacidad intelectual. Joan Melé sin duda da una charla digna de ser reflexionada, enriquecedora, llena de valores, de empatía y justicia, y aunque al final da un breve guiño sobre el lado espiritual, no quiso comprometer la sustancia material de su discurso y finalmente no queda más que en eso. Yo creo que hay que decirlo y comenzar a trabajar en ello, y a partir de ello. Se llama Cristianismo.
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