Hace ya algún tiempo, veo en los medios que viene teniendo lugar un curioso fenómeno. Esporádicamente, pero sistemática y majaderamente se revisan encuestas de diversas fuentes y proveniencias que insisten e incitan en la creencia de que al presidente nadie lo quiere, o se le quiere cada vez menos.
Digamos las cosas por su nombre, aquí no hay misterio detrás del porcentaje decreciente de aprobación por el Presidente Piñera que bordea el treinta porciento. Desde el no, de antes, y después con las elecciones que tuvieron lugar en los veinte años de concertación, siempre se vió clara la radiografía de Chile, una masa de izquierda , bordeada por una gran masa tibia que se desplaza en un y otro sentido, y una minoría de derecha que exactamente se sitúa en torno al treinta porciento. El misterio? No lo sé, no sé dónde puede haber un misterio, quizás en que Piñera ha hecho en un tercio de su mandato más de lo que hicieron sus pares concertacioncitas en veinte años. Llama la atención que la gente no se dé cuenta? Los medios hacen eco una y otra vez en sus debilidades, en las catástrofes que han tenido lugar en el país, enrareciendo el aire a tragedia, y lo más importante, una gran masa de izquierda en dentro de los hogares habla y habla una y otra vez del golpe de estado y la opresión, la violación a los derechos humanos, etc, etc. cuando los verdaderos responsables están la mayoría fallecidos y cuando estamos en un tiempo donde políticos de derecha e izquierda ya no plasman diferencias y todos se han vuelto "socialistas demócratas que finalmente terminan favoreciendo al empresariado y al emprendedor", aunque no quieran admitirlo. Pero falta mencionar un hecho que es aún más revelador del “misterio” que plantean los medios. Y al plantearlo en forma de misterio además lo dejan como algo inexplicable, como si el Presidente tuviera un aura sobrenatural que le impidiera de alguna forma ganarse al pueblo o ser querido. No es así. Lo que está detrás del misterio es que Piñera ha sido usado. La elección fue usada para castigar a una concertación que se negó a hacer las cosas como debía, a clamar y abogar por los más débiles y necesitados como habían prometido por medio siglo. Fue el conocido que es usado para sacar celos al enamorado, además resultaba bien parecido lo que le hacía perfecto para el trabajo. Resulta que ahora es un buen novio, pero sus méritos en realidad no importan. A la gente no le importa si el gobierno de Piñera es exitoso porque al menos por lo que he visto existe aún una buena dosis de algo parecido a odio dentro de muchos izquierdistas (también en derechistas) y que les impide lograr un análisis objetivo y justo sobre el desempeño de la actual administración. Lo he visto en estudiantes, y he visto en sus manos antigua literatura revolucionaria y anarquista. Creo en la justicia, y en no vender el país a los más poderosos, pero no creo en el odio y la violencia como forma de limpiar una nación, de hecho la historia demuestra lo contrario a todo su largo, sólo una buena forma de agregar el color rojo a una bandera.
El apoyo que Piñera tiene hoy es el mismo que tuvo siempre, decreciendo por la masa tibia que sigue la sensación de que el presidente no logra hacer lo correcto para “ganarse” su corazón, y de que es el símbolo de todo lo malo, de vender el alma de Chile y todo ello que necesita de tan poco respaldo para ser defendido. Piñera se ha quedado sólo con los suyos, no es menos encantador ni no sé cuántas cosas que se esperan de un político de aquellos que con los brazos en alto y sin sentirlo en lo más mínimo le hacen sentir a la gente que tienen el poder o abrazan al pueblo, algo así, da lo mismo. No tengo tendencia política y por eso mismo he podido ver sin bandera a los partidarios de ambos lados, y el misterio del que hablan, del apoyo decreciente a Piñera me parece un fenómeno natural y que tiene feos prognósticos. Porque ahora el movimiento estudiantil no ve con responsabilidad por Chile hasta dónde pueden ser sus logros, como lo hicieron antes durante la concertación donde pedían lo posible, o menos. Ahora lo quieren todo, como niños mimados, aunque sus padres les digan que no es posible. Se han taimado, se cruzaron de brazos y piden todo. Y ahora buscan llegar al total, sin grises posibles, y eso nos lleva a derrocar a una administración, buscando ojalá su humillación. Por qué, porque no les importa un bledo su opositor en éste caso. Si hay que derrocar al gobierno y traer a Chile a la imagen de país sudamericano inestable que todo el mundo tiene de ésta región, lo harán. Les da lo mismo, el odio puede más. Y por qué digo esto, porque he visto a los estudiantes atacar a carabineros y autoridades sin respeto por el país o por las personas que cumplen con su trabajo. He visto un egoísmo y odio desmedido en las calles, que no escucha razones, que comienza a manifestar antes de que el gobierno plantee su postura, negándose antes y condenando sin escuchar.
Me gustaría hacerles una pregunta… cuál es la base del lucro? Yo se los voy a decir… se llama egoísmo. Y es exactamente el mismo egoísmo, el del banquero que busca cómo endeudar más a un estudiante, sin importarle los costos para su vida y su familia, al de un estudiante que ataca a un carabinero, buscando su yugular o su cabeza, sin importarle los costos para su vida y su familia. Pelean a ambos lados de un espejo, ciegos, sin ver que el problema está en un territorio que no se llama Chile, ni patria, ni república como les gusta tanto ahora a los imitadores del estilo de vida “Americano”decir, está en una porción de territorio infinitamente menor, y mayor a la vez, a cuya conquista todo hombre debe volcarse y lograr instaurar en él el amor, la justicia, y liberar completamente de todo rastro de odio y egoísmo; ese territorio es el corazón del hombre.
Puede no gustar escuchar de esto a un mundo de hoy donde la imagen es todo y los valores principales les parecen a los jóvenes poco estilosos o aburridos, y prefieren palabras más violentas o activas como lucha, victoria, derrotar. Les puedo decir que lo que no quieran en su entorno, debe ser primero erradicado del propio corazón, de lo contrario, cuando logran estar en el poder caen en las mismas faltas que cometían aquellos contra quienes lucharon. Y lo que pudieron lograr no queda más que en logros egoístas y personales, mera vanidad.